Un cuento de Navidad

Mauricio Rivera era reconocido empresario tenía como socio único a Mauricio, que ya había muerto. Rivera era un hombre ya mayor y sin amigos. Odiaba todo y más la Navidad, decía que eres una pachotada. Cumplía estrictamente un horario donde hacia los mismos todos los días: caminar por el mismo lugar sin saludar ni dejar que nadie le saluda. Una víspera de Navidad todas las personas estaban ocupadas comprando regalos para navidad, la cena de navidad, y todos los preparativos para navidad.

Rivera estaban en su oficina como todos los días, con la puerta de su oficina abierta viendo a su asistente, que transcribía una carta en limpio hasta que en un momento inesperado llego su sobrino deseándole feliz navidad, pero Rivera no le recibió de una buena manera, el sobrino le invito a pasar la noche de navidad con ellos, pero Rivera desprecio la invitación. Su asistente llamado Luis Abad seguía trabajando toda la noche.

Rivera vivía en un edición frió, como el, cuando estaba en su casa, echado en su cama paso algo muy rarísimo, se presentó antes el un fantasma, y era su amigo Mauricio que le dijo que estaba ahí  para hacerle cambiar de idea, así que le dijo que en las 3 noches siguientes vendrán 3 espíritus a visitarlo.
LA primera noche llego el espíritu de la navidad pasada, él le llevo a un lugar donde él había crecido y le enseño varios episodios de su vida, cuando trabajaba en una tienda, otra era cuando estaba muy triste en su cuarto que le hacía recordar a su hermana a quien Rivera quería mucho.
La segunda noche llego el espíritu de la navidad presente, Rivera y el espíritu de la navidad presente se fueron al centro del pueblo donde se veía mucho movimiento, las personas comprando para la cena de navidad, tiendas abiertas. Después lo llevo a su casa estaba su familia y estaban muy felices a pesar de ser pobres y que su hijo el menor estaba enfermo, después de eso lo llevo a casa de su sobrino quien lo fue a visitar días antes, estaba feliz jugando y comiendo y después de esto lo llevo a su casa.






La noche siguiente Rivera esperaba el último espíritu, pero este último era oscuro y nunca le llego a ver el rostro. Era el espíritu de las navidades futuras. Le llevo a ver su cadáver en tapado el rostro con una sábana y se asustó mucho.

Cuando despertó se dio cuenta que todo había sido un sueño y que ese día era el día de la navidad, se despertó alegre, le dijo a un niño en la calle que fuera a compra pavo el más grande y que lo mandara a la casa de su asistente, salió con su mejor ropa porque se dio cuenta que podía cambiar y fue a la casa de su sobrino la paso muy bien estando con ellos, al día siguiente le dio un aumento a su asistente y desde entonces fue un excelente hombre a quien todos querían.

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